martes, 23 de abril de 2013

El Darwinismo ha vencido











- ¿hola?
- ¿me podés explicar qué carajo es eso de “Ulay y Marina”?
- …hola, sí, todo bien che, ¿vos qué onda?
- bueno, perdón. HOLA, ¿todo bien? ¿estás ocupado?
- si, estoy en la calle.. es el 3er día consecutivo que me llamas..
- bueno, sí.. ¿me contestas?
- ¿qué carajo te tengo que contestar? ¿desde cuándo te importa lo que escribo? estás entrando mucho a mi blog parece..
- ¡qué chabón! afloja un poco con la melanco..
- ¿¡perdón!?
- eso, Pola.. ya fue. sos un chabón copado, inteligente. y vos ahí como un gil, sosteniendo la vela..
- ¿¿qué vela ni qué vela??  ¿y quién te dijo que estoy escribiendo sobre ella?
- dale, boludo.. es tan obvio.
- vos estás enojada porque nunca te escribí nada.. ahhh.. ¡es eso!.. estás celosa.
- jajajajajjaaj..qué tarado que sos, lo digo porque………………………





ayer fue eso . hasta ahí.
hoy estoy en una cama, con olor a sábanas de hospital . gotea el suero que es el segundero de este tiempo empantanado . de este tiempo perdido, sin hacer nada . el ventilador se mueve lento y tambalea . parece que lo muevo con los ojos . se inyecta un poco de modorra en esta postal tragicómica, donde el blanco es el más oscuro de los colores para vestir.


urgente, al Pirovano . un boludo sin casco y hablando por celular mientras anda en bici . Olazábal y Ciudad de la Paz, bocacalle marcada en rojo . un tachero que me lleva puesto y me revolea 2 metros más allá de mis huesos . voló bici, celular, dignidad, todo . contusión y politraumatismos para coleccionar . la saqué barata . nada grave, no hay huesos rotos, pero estoy en observación por el golpe en la cabeza . y la boluda ésta que me llama con preguntas incoherentes y cuestionando por qué escribo lo que escribo . ¿qué carajo te importa lo que escribo? . vos fuiste un chiste que me acuerdo de memoria y que conté mal a propósito . te duele el huesito dulce del orgullo, nena . te duele que mi muñeca haya tropezado tu nombre y en tu lugar, aparezca otro corazón, con más historias que contar . yo escribo lo que quiero, de la forma que quiero . porque extraño su voz quebradiza y su tonada de provincia . sus uñas de rojo en los pies . la curva de su empeine . sus puchos en soledad, en la cocina . extraño su perfume en mi ropa . las palabras que inventamos . su débil memoria para recordar algunos nombres . porque me extraño a mí con ella . envuelto en su pelo, que era una trampa para osos . entonces no necesito que me cuestiones, que me digas qué recordar y cómo hacerlo . mis recuerdos son míos . mi cabeza elige imaginar un huracán en el medio de esta calle para no aceptar lo sencillo de una cachetada . para no aceptar lo tonto que me veo tirado sobre el empedrado, llorando sus huecos, no mis imprudencias . todo impoluto, ingrávido e insolente . se renueva el aire entre las costillas . me acuerdo de a poco de tu nombre y de la mano viene la silbatina . suena un disco triste que me afloja las manos . y me doy cuenta de que estoy separando la ausencia de las faltas . sobre esta mesa, junto a la comida de hospital, puedo distinguir lo que duele de lo que pincha . lo que quema de lo que arde . puedo distinguir mi cara en el reflejo de la sopa, inconsistente y derecha . congelada en una mueca que se traduce en un adiós constante y para siempre .


tus preguntas quedan pululando en el aire . se prenden a las cortinas, como polillas confundidas . siento el calor de los analgésicos haciendo el trabajo en mi sangre . siento su cabeza estallando más allá del océano . un martes de lluvia bajo un cielo ajeno, desolador e inevitable . ip’s de Rusia con amor saturando el servidor . su viento helado llega por correo en una seguidilla de números que seguramente debería jugar al Quini . es imposible cortar el enlace, la soga que nos ata al muellecito . es imposible tapar el mar con una pelopincho que llenó a las apuradas . el calor seguirá entrando por su ventana . seguirá trayendo visiones a la hora de la fiebre . seguirá enfriando sus recuerdos que cuelgan de la pared de su pieza . la que tiene por ahora, la que le toca . yo siempre voy a ser esa camisa que arruga cuando el sueño la aprieta contra el colchón . ese chocolate masticado, perdurando en la heladera . ese par de zapatos que ya le queda chico pero no quiere tirar ni regalar . y te lo digo a vos, postrado en esta neblina de agujas y gasas, no voy a dejar que me olviden . me niego a ser esa fórmula matemática para determinar límites . me niego a ser esa capital de país independizado en los noventa . voy a ser esa baldosa floja en tu día de lluvia . para que me putees durante todo el día, para que me comentes en el ascensor, para que la mancha te manche el humor . aunque sea a los tiros y empalagada de furia, vas a masticar bajito mi nombre . vas a escribir y borrar cientos de veces un mismo mensaje . vas a morder la almohada, contener la congoja .  anudar todo el llanto a la punta de una pashmina que sirvió de carilina . vas a inundarte por dentro cuando suene una canción, cuando un aroma te teletransporte a una mañana de domingo, paja y fútbol . porque olvidar es morir . y morir, es la moneda que tenemos todos pero nadie quiere usar.


cambié el café de mis mañanas por un té saborizado y en hebras . ablandé mi pecho a cariños de otras vidas que no me viene bien revivir . ahora te veo sentada al lado de la cama . jugando al sudoku . vos odias el sudoku, pero más odias hacer tiempo . seguramente tu odio es duplicado en este momento . ya no sé si sos la del llamado o la que salta en mis renglones . ya no sé si te quiero abrazar para sentirme aferrado a alguien en esta vida o si en realidad con saber que estás acá, ya me alcanza . soy fan de lo que recuerdo y cuento . soy fan de alguien que ya no está, ni estará . el Darwinismo ha vencido, hemos mutado, evolucionado, repuesto engranajes . hemos aprendido, cambiado y crecido . de entre los escombros, he sabido rescatar las fotos y relicarios . todo a los cajones de mi memoria, perfectamente almidonado . no hace falta que digas nada . tu voz es como una melodía del ayer, perfectamente reproducida en mi silencio . y así no hay reverberancia . no hay tropezones masocas . no hay palabras que decir cuando ya entendimos todo . te necesito cerca . lo más cerca que puedas . te necesito picándome el ojo, con tu destreza quirúrgica . te quiero desprevenida cuando de nuevo me suene el celular . calcada escena y situación . esquina de Olazábal y Ciudad de la Paz:



- ¿hola?
- ¿me podes explicar qué carajo es eso de “Ulay y Marina”?
- es algo que escribí para no sentirme solo.. es algo que escribí, para que algún día me llames.












Vivian Maier